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Publicado en “Revista Metodista” (Montevideo, Nro 217, Marzo-Abril 2016, pp.11-12

Por Nicolás Panotto
Director general
GEMRIP

La educación teológica en América Latina se encuentra en un momento de transición. Más allá de que la muestra más evidente de ello son las transformaciones y procesos que se dan a nivel institucional, existen “corrientes de fondo”, o sea, elementos no tan visibles pero que son, en realidad, los factores centrales de todos estos procesos. En otras palabras, los escenarios actuales en muchos de nuestros seminarios –falta de estudiantes, problemas financieros, dificultades para el crecimiento- son en realidad el síntoma de toda una serie de desafíos más amplios: el poco interés que existe en la teología, la escasa vinculación de lo teológico con otras áreas del conocimiento o prácticas dentro del laicado de nuestras iglesias, la falta de pertinencia de los modelos curriculares con respecto al contexto de las iglesias locales, la falta de diversificación de los programas académicos, entre otros varios elementos que podríamos mencionar.

Frente a este panorama, han habido muchas instancias de debate y reflexión profunda sobre cómo enfrentarlo. Dentro de los varios elementos a mencionar, queremos dar énfasis a dos necesidades. En primer lugar, la necesidad de responder eficientemente a la existencia de una pluralidad de sujetos y contextos en el quehacer teológico. La educación teológica tradicional sostiene que la iglesia-institución es su agente principal, por lo cual ha estado centrada en la formación de pastores/as. Más allá de que esto sigue siendo una función central (a pesar del problema de la cada vez menor cantidad de candidatos/as al pastorado; pero ese es otro tema…), hoy día es importante evidenciar otros espacios de gran importancia en el campo: ONGs religiosas, movimientos sociales, grupos religiosos de diálogo en temáticas particulares, como también el rol de otros sectores, como las juventudes, la niñez, las mujeres, los movimientos de defensa de minorías sociales, etc. Frente a este panorama, ¿cómo pensar el quehacer teológico más allá de las estructuras eclesiales tradicionales? ¿Cómo servir a los heterogéneos desafíos que se plantean a la pastoral de las comunidades eclesiales hoy?

El segundo elemento a tener en cuenta es la necesidad de un diseño curricular más interdisciplinario que deje de lado las divisiones tradicionales de la educación teológica. Al ver el programa de un seminario, generalmente vemos encontramos currículas separadas en las áreas de siempre: Biblia, sistemática, historia, pastoral, correlación, etc. Creemos que estas identificaciones disciplinares son importantes y requieren de cierta especificidad para su profundización. De todos modos, la heterogeneidad del público de la educación teológica hoy requiere partir de otros temas y marcos conceptuales, donde todas estas áreas trabajen conjuntamente. Esto se debe a algunas cuestiones “obvias”: los problemas que enfrenta la teología son problemas encarnados en nuestra sociedad. Para responder a ellos, se requiere de herramientas analíticas desde –por ejemplo- las ciencias sociales, para desde allí realizar una reflexión teológica, bíblica y pastoral pertinentes. Aquí la gran necesidad: ¿cómo se realizan esos puentes? ¿Cuáles son los ejes o marcos que pueden compartir cada área para realizar un diálogo fructífero que haga real la efectividad de la fe (como decía José Míguez Bonino) en nuestro entorno?

El Grupo de Estudios Multidisciplinarios sobre Religión e Incidencia Pública (GEMRIP) es un espacio que ha construido una propuesta educativa en esta dirección. Por ello, el proyecto cuenta con diversas áreas de estudio (género y sexualidad; religión, política y espacio público; ciencias de la religión; juventud y niñez, estudios teológicos; estudios poscoloniales), que se entrelazan a partir de ejes transversales y nodos problemáticos que permiten crear un espacio de diálogo disciplinar a partir del estudio de una (o varias) problemáticas concretas.

El grupo cuenta con profesores/as, académicos/as y especialistas en diversos campos disciplinares. Un elemento central para GEMRIP es lograr un diálogo fructífero entre la academia e instancias de incidencia concreta. Por esta razón, los cursos de modalidad virtual que ofrecemos, las diversas revistas de investigación y las actividades que desarrolla en conjunto con otras organizaciones, parten de la atención de demandas, problemáticas, preguntas y desafíos presentes en las experiencias cotidianas de personas, organizaciones, iglesias y movimientos comprometidos con nuestra sociedad.

Los espacios de encuentro y diálogo que se han creado a partir de esta propuesta, han representado instancias riquísimas no sólo para repensar disciplinas específicas o instancias de formación sino también sobre cómo pensar la teología y la fe. Pastores/as, laicos/as, militantes y académicos de diversos espacios en distintos países (a veces continentes), comparten juntos/as en una misma aula virtual sus inquietudes y experiencias, motivados desde las lecturas y temas que propone un profesor/a. Esto ha permitido ver cómo la fe y el quehacer teológico requieren de instancias plurales de diálogo, así como de metodologías que permitan un encuentro más amplio, que superen las murallas tradicionales.

Frente a ciertos pronósticos pesimistas, creemos que la teología y la educación teológica específicamente, tienen mucho que dar a la situación del mundo hoy. Es más: creemos que existen mejores oportunidades que antes. Pero para hacerlo, requerimos de cambios importantes, y sobre todo originalidad. Ello no viene de un día para otro y sin rispideces. Pero ya estamos caminando y el sendero se muestra fructífero.

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